The Gift
Música híbrida
Es interesante saber que gente que no te conoce de nada se interesa y se impresiona con lo que haces. Aunque somos muy parecidos, las conexiones son muy difíciles. Las discográficas portuguesas creen que la única música con potencial fuera es el fado. España tiene potencial para lanzar a Enrique Iglesias o fabricar éxitos como ‘Macarena’ o Las Ketchup, pero no para promocionar cosas interesantes como Mastretta u Ojos de Brujo.
No esperábamos nada, así que estamos muy satisfechos». Las palabras del líder de los lusos The Gift, John Gonçalves, son a propósito de la secular falta de conexión musical entre dos países que, en lo que a pop se refiere, han vivido poco menos que de espaldas. Para abrir vías de intercambio, iniciaron el 21 de enero una gira estatal de 17 fechas, que hoy pasa por el Azkena de Bilbao.
Formados en el 94 en las cercanías de Lisboa, debutaron con un modesto primer disco –«casi una demo», apunta John– que ninguna multinacional portuguesa quiso editar. Su respuesta fue Vinyl (98), un álbum anglófilo y autofinanciado que, sorpresivamente, acabaría por convertirse en el mayor éxito del pop portugués contemporáneo.
Convertidos en banda de referencia del indie luso, ahora miran al exterior con Film, tercer trabajo con el que, «sin perder el formato canción», establecen vínculos entre la tradición musical atlántica, la electrónica analógica y el indie anglosajón de orfebrería cuasi cinematográfica. «Hacemos una música híbrida, perfilada con cuerdas, jazz, electrónica y pop, pero de manera que suene todo integrado y marcado por la voz de Sonia (Tavares). Todo eso requiere la técnica y la madurez que ahora tenemos», explica un John que re- conoce las influencias diversas de Flaming Lips, Lemon Jelly, Bjork, Bekc, Radiohead, Air o los indietrónicos Lali Puna.
Bandas sonoras
Film ha sido cocinado por The Gift de una manera totalmente independiente, pero no lo parece. La producción suena grande y ampulosa, gracias a la inusual riqueza instrumental (cuerdas, metales, percusiones orientales...) y a la aportación de las mezclas realizadas por colaboradores como Howie B, Will O’Donovan, Gavin Friday o Joe Fossard.
«No hemos regateado. ‘Vinyl’ nos dio una independencia financiera para hacer lo que queríamos. Creemos en nuestra música, tenemos nuestra propia editora y trabajamos con nuestro dinero. Queríamos una producción intachable. Hemos grabado con una de las mejores orquestas de estudio de Londres y con Friday, que ha trabajado las cuerdas junto a mi hermano Nuno. Howie B, aunque tenía infinidad de proyectos, vino dos semanas a colaborar con nosotros en Portugal».
Como las de Perry Blake, Flaming Lips, Departure Lounge o Cinematic Orchestra, las canciones de The Gift funcionan como «bandas sonoras de películas imaginarias, aunque son mucho más que eso», matiza John. «Como músicos, siempre tratamos de trazar nuevos caminos y sensaciones. Desde el principio, teníamos la idea de hacer algo mezclando pop, clásica, jazz y nuevas tendencias.
Ahora tenemos la capacidad». Su música apunta en muchas direcciones estéticas. «‘Film’ es sólo una justificación; el cine actúa como referencia, como hilo conductor de unas historias que tienen coherencia global al ser escuchadas de principio a fin».
Acorde con su visión cinemática del pop, recrean sus temas con el apoyo de imágenes. «Somos seis personas, menos que en Portugal. Usamos también saxo, batería y secuencias. Tratamos de hacer un directo intenso y con personalidad».
Texto: Josu Olarte
in laverdad.es - 24/02/2003
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